Y llega un momento en el que tienes tantas ganas de besarlo que o te decides ya o mueres.

- ¿Seguimos hablando o me vas a besar ya? - 

Ahí es cuando él se abalanza sobre ti y te besa. Sí, por fin te besa. Vuestros dientes se rozan por una milésima de segundo, vuestras manos hacen caricias sobre la piel, vuestros ojos cerrados, vuestra mente solo pensando en una cosa, en vosotros, en que ahora estáis juntos y en que valió la pena esperar. Vuestros labios húmedos y suaves se funden recíprocamente mientras de vez en cuando uno esboza una sonrisa, una sonrisa de felicidad, una sonrisa de decir; por fin, por fin le tengo a mi lado, y ahora más que nunca, sé que no pienso soltarlo jamás, porque ahora forma parte 

de mi, una droga una simple droga,

 la más adictiva de todas, una de esas que ansias cada segundo del día.

No necesito más de nada si tú estás a mi lado.

Att: Sara Sánchez Uceda.