Seguidores

21 de octubre de 2011

Y eso es tu día a día, un monótono silencio atolondrado.

Cuando eres pequeño no piensas en los problemas ni en los obstáculos que vas ha tener cuando seas mayor y disfrutas cada segundo de tu vida, lo aprovechas siempre, sin ninguna excepción.
A medida que tu cuerpo y tus conocimientos van creciendo tu forma de ser cambia, no para bien ni para mal, sino que maduras, piensas la cosas mil veces antes de decirlas por si acaso está mal, y te vuelves loca pensando, porque tienes miedo a equivocarte; quizás en algún momento determinado de tu vida hagas algo que no querías hacer o que todavía no estabas lo suficientemente preparada para ello, y después tienes pavor y hasta puede que te arrepientas. Los días son una horrible rutina que te hace entrar en la monotonía de vivir. Ahora eres mayor y no disfrutas de tu tiempo como antes solías hacerlo, ahora te levantas, vas al instituto, llegas a casa, comes, estudias, haces un poco de ocio, cenas, duermes, te levantas, vas al instituto, llegas a casa...
Y eso es tu día a día, un monótono silencio atolondrado.


Att: Sara Sánchez Uceda.